La búsqueda del bienestar del organismo se da por muchos caminos y hay gente que decide explorar campos alternativos. La medicina existe desde tiempos inmemoriales, y aunque en épocas remotas la humanidad no le daba ese nombre, en su intento por curarse ingería brebajes o comía hierbas. Con los progresos de la ciencia hoy se curan males que hasta hace poco eran mortales, a la par muchas personas prefieren rutas alternativas para mantener su cuerpo al ciento por ciento.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2005 indica que el porcentaje de población que ha utilizado la medicina alternativa al menos una vez en su vida es de 80% en África, 75% en Francia, 70% en Canadá, 60% en México y 42% en EU, lo cual no quiere decir que no empleen la medicina moderna.
La medicina alternativa no es nueva, sus orígenes se remontan a tiempos de Hipócrates y su nombre se refiere a la terapéutica que se practica en los países y que no siempre es reconocida en los sistemas de salud.
Sus seguidores la definen como un conjunto de procedimientos terapéuticos que funcionan bajo un principio diferente al de la medicina alópata, y que comparten una visión del concepto de salud representado por el equilibrio físico, mental y espiritual.
La medicina alopática considera que la mayoría de las enfermedades son producidas por un agente externo nocivo biológico, físico o químico. Para la alternativa, el hombre es un ser que posee una energía vital que fluye de manera permanente para mantener la salud. Cuando este ciclo no se cumple ocasiona cambios en el del organismo, lo que es, a la postre, responsables de la enfermedad.
TERAPIAS POPULARES
Entre las terapias alternativas más populares que existen en México están la homeopatía, fitoterapia y acupuntura.
Las diferentes terapéuticas de medicina alternativa tratan a la persona como una entidad constituida por tres dimensiones: mental, emocional y física, por lo que no se trata sólo de curar un órgano enfermo, sino de reestablecer el equilibrio emocional y físico de cada individuo.
Muchos estudios comprueban la efectividad de esta medicina en el tratamiento de enfermedades complejas como hipertensión o diabetes, sin embargo, aún no se puede hablar de un consenso mundial sobre el manejo de la medicina alternativa en enfermedades graves como las anteriores.
La tendencia actual es hacia la integración de los tratamientos alopáticos con los alternativos, en busca de mejores y más completas opciones de tratamiento para los pacientes.
En este escenario hay gran cantidad de charlatanes, por eso es importante que al recurrir a la medicina alternativa el paciente certifique que se trata de un especialista con experiencia que avale su trabajo.
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Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2005 indica que el porcentaje de población que ha utilizado la medicina alternativa al menos una vez en su vida es de 80% en África, 75% en Francia, 70% en Canadá, 60% en México y 42% en EU, lo cual no quiere decir que no empleen la medicina moderna.
La medicina alternativa no es nueva, sus orígenes se remontan a tiempos de Hipócrates y su nombre se refiere a la terapéutica que se practica en los países y que no siempre es reconocida en los sistemas de salud.
Sus seguidores la definen como un conjunto de procedimientos terapéuticos que funcionan bajo un principio diferente al de la medicina alópata, y que comparten una visión del concepto de salud representado por el equilibrio físico, mental y espiritual.
La medicina alopática considera que la mayoría de las enfermedades son producidas por un agente externo nocivo biológico, físico o químico. Para la alternativa, el hombre es un ser que posee una energía vital que fluye de manera permanente para mantener la salud. Cuando este ciclo no se cumple ocasiona cambios en el del organismo, lo que es, a la postre, responsables de la enfermedad.
TERAPIAS POPULARES
Entre las terapias alternativas más populares que existen en México están la homeopatía, fitoterapia y acupuntura.
Las diferentes terapéuticas de medicina alternativa tratan a la persona como una entidad constituida por tres dimensiones: mental, emocional y física, por lo que no se trata sólo de curar un órgano enfermo, sino de reestablecer el equilibrio emocional y físico de cada individuo.
Muchos estudios comprueban la efectividad de esta medicina en el tratamiento de enfermedades complejas como hipertensión o diabetes, sin embargo, aún no se puede hablar de un consenso mundial sobre el manejo de la medicina alternativa en enfermedades graves como las anteriores.
La tendencia actual es hacia la integración de los tratamientos alopáticos con los alternativos, en busca de mejores y más completas opciones de tratamiento para los pacientes.
En este escenario hay gran cantidad de charlatanes, por eso es importante que al recurrir a la medicina alternativa el paciente certifique que se trata de un especialista con experiencia que avale su trabajo.
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Silvia Ojanguren
15 de marzo de 2007
15 de marzo de 2007